Mi nombre es Erika, y desde que recuerdo tengo el ojo puesto en el entorno que construimos y habitamos. Quizá estaba predestinada a ser Arquitecta, aunque también Médico, porque tengo cierta obsesión con lo saludable.

También valoro el aprendizaje continuo y el orden. Y ya puesta a ordenar, empecé con ciudades. Así he sumado 20 años dedicada al Urbanismo, a la evaluación del territorio y a la planificación de actuaciones urbanas.

A partir del 2015, también he colaborado en proyectos de Arquitectura, y resurgió mi pasión por las formas, los materiales, el espacio, la luz y el impacto de todo ello en las emociones y en la salud. Inicié otra búsqueda, escarbé en viejas pasiones (interiorismo), en los temas que siempre me han interesado (la psicología, el desarrollo personal, la salud), y en lo ahora voy descubriendo (la psicología ambiental y la neuroarquitectura).

Habitar en positivo nace de mi necesidad de aportar claridad y ordena todo lo que descubro y aprendo, que puede servir para diseñar espacios que impacten de manera positiva en la salud y el bienestar de las personas. Nace de mis ganas de compartir y de ayudar.

Elegir una manera positiva de habitar se vuelve especialmente importante si estamos de acuerdo con la idea de que entorno físico y estamos de ánimo están íntimamente relacionados.

Mi propósito es acercarte un poco más a la felicidad, mejorando el espacio que habitas.